sábado, 3 de marzo de 2018

NO ME FUI DE TU CASA





Hola, Pedro
Me imagino que estarás sorprendido, porque tu apartamento está tan desordenado de esa manera, es que ayer celebré una fiesta en tu apartamento, disculpa que no te haya avisado, ni te haya invitado, bueno ahora ya sabes cómo se siente, como cuando los fines de semana, haces tus famosas fiestas sin avisar a nadie del vecindario, la vez pasada subí como tres veces a pedirte que bajarás el volumen de tu radio de alta definición, porque mañana tenía que madrugar para presentarme a una entrevista de trabajo, que no pude ir, porque no pude dormir, hasta las 4 am que decidiste terminar tu fiesta,  no me pude levantar a tiempo, por lo tanto no pude ir a la entrevista, por lo tanto, no conseguí el trabajo. Gracias por eso.

También invite a la fiesta, a varios perros de los vecinos, sobre todo para que se diviertan un poco con tus perras, no me  puedo disculpar por lo que le hicieron a tu ropa, la mearon y la cagaron toda, no entiendo porque hicieron eso, si ellos no bebieron alcohol, pero ahora ya sabes que se siente, cuando dejas suelta a tus perras, ensucian los jardines del vecindario y no tienes la delicadeza de limpiar o pedir disculpas, como esa vez que tumbaron el tendedero y ensuciaron mi ropa.

Bueno, creo que con todo eso estamos a mano, solo que falta un pequeño detalle, no sé si te acuerdas de Mónica, si debes acordarte, te la presente hace semanas como mi prometida, cada vez que nos veías, siempre la saludabas con un nombre diferente, y cuando te dabas cuenta del error,  me echabas la culpa pues argumentabas que yo te tenía acostumbrado a verme con diferentes chicas, bueno te cuento que justo ayer decidió devolverme el anillo de compromiso por eso decidí celebrar esto en tu casa.

Por eso, que hoy he decidido terminar con todo esto, vine hablarte pero encontré un revolver en tu armario que me hizo pensar en muchas cosas. Así que regresaré a tu casa para devolvértelo personalmente.
Tu querido amigo y vecino José.

P.D. No me fui de tu casa.

VEN, TOMÉMONOS UN LONCHECITO




Gracias, por venir, en verdad no pensé que aceptarás mi invitación, quiero disculparme por todo lo que ha pasado estos últimos días, en verdad, me he sentido avergonzada, incomoda, por eso te invité para que tomáramos un lonchecito y como sé que te vas a casar con Juan, felicitarte por ello. No te niego que siento un poco de envidia, porque esa pudo haber sido yo, pero tengo que aceptar que fuiste una digna rival, tengo que aceptar que me ganaste. Tienes muchas cualidades eres más alta, eres más esbelta, quizá más blanca, y la genética te hizo rubia, no como a mí con estos pelos negros y encrespados, y  eres guapa, para que negar eso, más guapa que yo, por eso Juan te eligió.

Pero quisiera hacerte algunas preguntas, si es que se puede, créeme que mi deseo no es incomodarte ni fastidiar tu felicidad, pero ¿te veías con Juan mientras él estaba conmigo?... Tu silencio me lo dice todo, porque yo te contaba todo acerca de él, que le gustaba la poesía de Vallejo como a mí, y eso que a ti. la poesía no te gustaba, pero de pronto te volviste tan interesada, que ibas a los mismos recitales que Juan, luego la visita al museo, sabías que cada último domingo del mes iba con él al museo, yo te lo contaba, de pronto me pediste un favor justo ese domingo, ese domingo, donde él te pidió ir, como yo no podía, fuiste con él, dime ¿fue ahí que se enamoraron? ¿se besaron ese domingo? Discúlpame, que te pregunte eso. Solo me dio curiosidad.

Lo de la música fue tu golpe maestro, tus gustos musicales empezaron a cambiar, empezaste a escuchar Bossa Nova, hasta te metiste a un curso intensivo de portugués, siempre fuiste muy talentosa para aprender idiomas, por eso impresionabas tanto a Juan,  por eso que en esa noche del karaoke que te atreviste a cantar delante del público, saliste triunfadora, ganas no me faltaron de lanzarte el micro en la cabeza. Te contaré que esa misma noche, me termino Juan, negó que fuera otra mujer, yo tenía ya mis sospechas por ti, pero no quería creer, que tú, mi mejor amiga, que habíamos vivido cerca y habíamos crecido juntas, me pudieras hacer eso, todas menos tú, Marcela, por eso estuve arisca contigo, me disculpo por eso, pero cuando todo salió a la luz,  no me dolió tanto, prefiero que se case contigo, que con otra o que conmigo, tú lo mereces más que yo, sí que yo, porque por ejemplo no soy buena en la cocina, hice mi mejor esfuerzo para prepararte este rico lonche, pero lo que me preocupa es que haya confundido el azúcar con arsénico.

POR ESO LO HICE.






Bueno a Alejandro lo conocí en una fiesta de fin de año en la vecindad. Me lo presento Lucho, mi vecino del apartamento del costado. Me dijo que era un compañero de la oficina. Parecía algo tímido con su pelo lacio bien peinado, usaba lentes, vestía un saco gris, lucía como todo un buen contador. Tomaba poco, era amable conmigo, me servía la cerveza. Me dijo que no tenía problema que yo fuera homosexual. Me sorprendió que se diera cuenta. Bueno cualquiera se hubiera dado cuenta que lo era, con el polo y pantalón apretados que me gustan usar. Conversamos de música, sobre todo de salsa hasta de películas del cine mexicano donde aparecen Pedro Infante, Jorge Negrete y también el de Cantinflas, pues ambos éramos treintones. Me atreví a pedirle su número, le dije que un día de estos nos podíamos reunir para ver una película mexicana, o escuchar a El Gran Combo y tomarnos cerveza. Él asintió con la cabeza.
Esperé tres días para empezar a llamarle, para que no pensará que era un desesperado. En esa oportunidad solo lo llamé para saludarle, luego empezaba a mandarle mensajes de texto para desearle un buen día. Hasta nos llamábamos para conversar un rato en la noche, él me hablaba de las cosas de la oficina y yo de la peluquería. Lucho me instalo y me enseño a usar el whatsapp. Ahí pude conversar más con Alejandro. Empezamos a mandarnos canciones de salsa por ahí, intercambiamos emoticones, fotos y vídeos graciosos. Luego ya nos mandábamos mensajes de voz.
Hasta que pasaron un par de semanas, decidí invitarlo, a ver una película a mi apartamento. Le propuse que podríamos ver una de Cantinflas. Así que elegí el Bolero de Raquel. Le dije que después escucharíamos un poco de salsa. Fue un sábado, así que el horario no sería problema, porque salía temprano de la oficina. Almorzaría en su casa y a eso de las 3pm, bajaría a la vecindad. Se demoró 15 minutos, pero no le reclamé. Lo hice pasar. Le pedí que pusiera el DVD, mientras traía un tazón de canchita, porque le dije que una película de Cantinflas siempre debe verse así. Fue un momento bonito, reímos, bromeamos. Decidí levantarme un momento y le ofrecía una lata de cerveza Cuzqueña, él acepto, me hizo el ademán de brindis. Cuando termino, le pregunte que si quería escuchar música. Él acepto, puse un cd del álbum Nuestra Múscia de El Gran Combo. Seguimos conversando, bebíamos, bromeábamos, cantábamos.

Seguimos llamándonos, whastappeando. Así tuvimos más sábados donde nos reuníamos para ver a Cantinflas. a veces él elegía la película. También traía cds de salsa. Hasta que un sábado puso un cd del álbum El de a 20 de Willie Rosario. En eso sonó la canción Mi amigo, el payaso. Le dije que esa era mi canción favorita del álbum. Me pregunto si quería bailar. Le dije que sí. Me tomo de la cintura y nos pusimos a bailar. Tenerlo ahí tan cerca, sentir su respiración cerca de mi oreja. Mi corazón galopaba a mil. No podía desaprovechar mi oportunidad y le robe un beso. Él se quedó inmóvil. Luego dijo que se tenía que ir. Me arrepentí. Todo estaba tan bien, creo que hice una mala jugad. Así que lo llamé, pero no respondió. Entonces le dejé un mensaje, disculpándome si lo había incomodado.
Pasaron varios días, que no respondía mis llamadas, ni mis mensajes. No aguante y decidí preguntarle a Lucho como estaba Alejandro. Me dijo que él estaba bien. Insistí en mandarle un mensaje pidiéndole que me dé una oportunidad para reivindicarme. Entonces una mañana seguí a Lucho para saber dónde quedaba la oficina contable. Así que en la noche. decidí regresar, llevaba un six pack, el cd del álbum Nuestro Aniversario de El Gran Combo y un dvd de la película Ahí está el Detalle Cantinflas para regalárselos. Esperé en la esquina, hasta que lo vi salir. Lo llame de lejos, pero parece que no escucho. Cuando lo alcancé empecé a pedirle disculpas, le entregué mis obsequios. Él los rechazo y tratando de convencer de que se los quede. se cayeron todos en la acera. Se quiso ir y traté de detenerlo cogiéndolo de su saco gris. Mi intención no era armar ningún escándalo. Pero justo estaban saliendo Lucho y sus demás compañeros. Observando lo que estaba pasando. Él empezó a insultarme. Me sentí humillado. Estábamos en medio de la pista. Aún lo tenía cogido de su saco gris, él trataba de zafarse. En eso paso un auto a toda velocidad y lo empujé. Señor Policía, no sé qué hubiera hecho usted en este caso, pero no podía permitir que me deje humillado de esa forma.